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sábado, 13 de mayo de 2017

Ufa.

Son la 1 de la mañana y voy entrando al coche,
y es por el susto que me dí en el bar,
que decidí cortar por lo sano,
y suspender la noche.

No pasaron dos horas y ya me pudre mi melancolía,
me levanté, agarré las llaves,
furioso le dí una patada a la puerta,
y quise arrancar el auto para abandonar la noche fría.

Vuelvo a mi casa con lágrimas de ceguera,
y es porque me atormenta mi soledad,
que por descuido o ignorancia,
dejé el coche afuera y dormí en la escalera.

Mato el dolor de domingo a la tarde como puedo,
con fútbol, con canciones, con té caliente,
no trabajo porque amargaría hasta mi peor cliente,
y hablo con mi vieja, más que nunca sincero.

Dos semanas después se repite la rutina,
imposible hablar con ella me genera melancolía,
tomo, me levanto, me escapo de la tarima,
algo habré hecho que ella supo por donde saldría.

Son la 1 de la mañana y voy entrando al coche,
me quiero escapar de todas tus formas tiernas,
relajo mis rodillas para escapar de la noche,
y de repente, sobre mis rodillas, tus piernas.

Me frenaste el auto antes de que arrancara,
me miraste con los mejores ojos de tu vida,
me dijiste que me amabas y me agarraste la cara,
me besaste, me miraste de vuelta y diste tu labor por cumplida.

Son las 10 de la mañana y nunca soñé algo así,
tal vez por la fiebre, por las ganas, por deseo,
es un delirio presente desde que desaparecí,
pero fue lindo soñar con vos de vuelta, o eso creo.

lunes, 8 de mayo de 2017

Tres meses.

Hoy hace tres meses que pude haber jurado que seríamos eternos,
que eramos señal de amor y suspirabamos algo más que aire,
podría haber jurado que seríamos eternos,
pero hay mucho más que esfuerzo detrás de las cosas.

Hoy hace tres meses me consideraba uno de los giles más importantes,
porque estaba enamorado, ilusionado, invencible, lleno,
pensaba ser un afianzado ser humano en la línea de tiempo,
pero en realidad la mitad de mi confianza salía de vos.

Un poco menos de tres meses fue lo que me costó poner primera,
hubo algo que generó un impulso incesante en mí,
no supe bien que era pero sabía de donde venía,
no fueron charlas ni puestas en escena, habías sido vos.

Hoy después de tres meses me cuesta muchísimo admitir todo,
que parte del esfuerzo salió del fondo de mi corazón,
que puse primera y avancé por epifanías continuas,
y cuesta admitir o fingir que fue así, pero no.

Fue hoy mismo que después de tres meses perdí la esperanza,
sin culpa, sin tristeza, sin amargura, pero con expectativa,
fui buscando chucherías pero no encontré más que mugre,
al menos es bueno darse cuenta de las cosas tempranamente.

Hoy, mi amor, duele ponerse en los zapatos de alguien así,
porque sos muy inocente y, al parecer, yo muy culpable,
pero no es así, y lo lamento, pero no es así,
estuvo muy errada tu afirmación de que estuve fingiendo.

Después de cuatro años que fueron los mejores de mi vida,
no tengo más que agradecerte por las maravillas que supiste ser,
porque de una persona que se caía a pedazos, hiciste un coloso,
y hoy el coloso se vuelve a caer a pedazos, ¿y ahora?

A lo largo de estos dos meses del episodio más hórrido de mi vida,
es nauseabundo pensar en futuros que no albergan tu posibilidad,
futuros que no te incluyen, que no te incumben y que no abrirás,
capaz será porque un coloso no pasa por la misma.

Hoy después de poco tiempo a tu consideración,
tengo un miedo punzante y latidos débiles,
porque si bien un coloso es de oro,
sus creadores pueden ser divinos.

Que lindo será ver que uno suspira de nuevo,
que la flor que crece es de otro suelo,
y hoy puedo decir que después de tres meses,
que el tope para el coloso no es más que el cielo.