Traducí a cualquier idioma:

lunes, 12 de agosto de 2019

¿De nuevo aquí...?

Sí, de nuevo aquí. Al parecer este sitio termino su metamorfosis para concretarse en un centro terapéutico polifuncionarial a cargo del autor. No digo que sea una terapia eficaz como la ejercida en los divanes, pero esta es más barata.

Parte de mí ansía que llegues acá y vuelvas a leer mis palabras, y vuelvan a generarte algo dentro.

Vamos a ir al grano, desde que todo terminó sólo hace unos días estoy teniendo revoltijos cerebrales a cada hora del día, cambio de opinión mil veces, vuelvo al inicio o causa y genero nuevas opiniones o trato de buscar una solución o salida.

Y es que lo hable, en voz alta y en voz baja, lo medite hasta con las paredes y hasta ellas fueron grandes consejeras.

Me desperté y automáticamente me acechó el recuerdo de que ya no estabas conmigo, me lavé los dientes, me cambié y me fui a la parada camino al trabajo, hablé con mis compañeros, honestamente hice poco de lo que tenía por hacer y al terminar mi horario caminé hasta la parada para emprender la vuelta y llegar a casa.

O esa es la versión corta, digamos.

La versión larga y que quiero detallar muy bien es la siguiente:

Me desperté y lo primero que vi fueron tus ojotas a un costado del mueble del televisor, te recordé al instante y no sólo vi el short que te presté arriba de mi escritorio desordenado, sino que todavía había carilinas usadas tuyas que olvide de juntar debajo de mi cama.
Busqué ropa en los sillones donde una vez te saqué dos fotos bellísimas, me cambié cerca de la estufa donde estirabas tu buzo para que el calor llegue a tu pecho más rápido, me lavé los dientes y vi tu cepillo que olvidaste guardar, y cuando lo guardé, vi tu maquinita de afeitar apoyada en uno de los estantes del espejo. Traté de hacer todo lo que me restaba hacer mirando hacia abajo para no recordar nada más tuyo. Pero llegué a la parada donde siempre querías sentarte por cábala para que llegue rápido el 247 y, al subirme y emprender viaje, me quedaba mirando fijamente la calle Estados Unidos donde te bajabas para caminar a tu facu en algunas ocasiones. Llegué y le pedí a mis compañeros de trabajo que sean comprensibles conmigo por unos cuantos días dado mi estado de ánimo. No sé como el día me pasó volando, y volví a delirar cuando tuve que irme. Salí del edificio y mire para atrás, donde una vez me esperaste sentada al lado de la puerta, al subirme al colectivo miraba a toda la gente de dentro y fuera y creo que te vi 5 o 6 veces, cuando en realidad vos estabas del otro lado de San Telmo cursando tu primer día de facultad post-vacaciones. Llegué y seguí buscándote pero no estabas, y al llegar, una chica de tu estatura y con el pelo morocho se dirigía hacia mi casa y, nuevamente, creí verte sin verte.

No sólo estoy pasando uno de mis peores momentos, sino que esta vez son los malos momentos los que pasan por mí y no al revés.

A veces me siento incapaz de encarar este tema con la madurez que amerita, pero después, y de repente, me encuentro desconsolado, abrazando cualquier cosa pretendiendo que sos vos.

Lo que sucede, es que siento mucha culpa e impotencia a la vez. Porque habiéndote sido fiel cada día de nuestra etapa, te hice sentir que no. Siento mucha bronca hacia la responsable de todo esto, a la situación que resultó ser desfavorable para mí y a mis complejos de inferioridad.

Sin verte, sin sentirte, sin hablarte, puedo escuchar que eso que late, en una mínima proporción, late por mí. Y sí, era de esperar que sea así después de como repercutió todo en vos.

En cambio, no solo el mío late bien fuerte en reciprocidad, sino que yo enteramente sigo vibrando por vos, sigo desviviéndome por vos aunque, capaz, ya ni sentido tenga. Pero alguien me dijo que uno recibe las vibras que al mismo tiempo emana.

Como dije, cada hora del día trae una reflexión nueva. Los hechos no cambian, yo no quise esto ni lo hubiese querido en mi vida. Pero sí me llegan diferentes convicciones mediante pasa el tiempo.

Esto está terminado. Este pequeño párrafo me sirve a mi mismo para dejar la etapa de la negación y afrontar la realidad, lo cual, para mí actualmente, es un paso gigante. Aunque sostengo que hemos vivido tantas cosas, aprendido tanto del otro, atravesamos tantas convicciones que ni hoy, ni mañana, ni nunca, voy a aceptar que esto termine aquí.

No, no hablo de vidas futuras. Hablo de esta, esta línea temporal, esta dimensión, estos sentimientos que hoy encuentro.

Sé que no digo esto para convencerme de algo que no sucederá, porque si pusiste un punto en esta historia por algo fue. Pero creo que nuestra vida está en su 20% nada más, y perdón, pero dudo mucho que se hayan escrutado todas las mesas.

Después voy a darle un cierre a este tema, pero mientras voy a hacer un breve intento de dejar las cosas en claro, no para mí, sino para vos:

Principalmente yo no quise que esto pasara, no me hubiese imaginado nunca que iba a aparecer una mina que me tenía tantas ganas como para comportarse así conmigo y generarme tanto nerviosismo que no supe como sacármela de encima. De más está decir que yo desde el primer momento me desentendía de la situación y ella sabía que yo estaba en pareja, y aún así tuvo ciertos atrevimientos. Yo caí en ese juego y fui irresponsable en seguírselo. Al boliche vino a ultimo momento porque se le habían bajado integrantes a la cumpleañera y además ella había estado preguntado intensamente al grupo si cualquiera podía hacer algo. Nunca me imagine que después ella me contaría lo que me contó, de lo cual yo no tengo memoria de eso en lo absoluto y ni la cumpleañera ni ninguna de sus invitadas vio eso, y esto me enoja muchísimo, porque siento que se aprovechó.

Yo, mi cuerpo, mi corazón, mis sueños, mis sentimientos fueron de tu propiedad desde el primer día. Dios es testigo, y si sos atea, el puto universo sabe que eso es cierto. Y POR SUPUESTO que lo iba a mantener así hasta siempre. 

Enterarte de lo que pasó te ibas a enterar, como sea, lo único que me reprocho es que no salió de mí. No es que no salió de mi por querer ocultártelo y pasarme de vivo, ¿qué sentido tiene pasarme de vivo si la culpa a mi me invade igual? no encontré el valor de decirlo dentro de mí y además estabas tan cerca mío en cuerpo y mente como pocas veces antes, y eso me hacía volar para otro lado.

Ahora, tu enojo está justificado, lo sé. Pero si me pongo a ver en retrospectiva no veo que cuadre nada, según afirmas. Te dije en varias formas que fui incondicional con vos y que no te cambiaba por nadie ni por nada, porque te convertiste en mi otra mitad, formamos algo tan bello y tan radiante que se me hacía imposible imaginarme o imaginarte sin el otro al lado. Yo no puedo aceptar que digas que me cagué en eso. O que me cagué en vos.

No fuimos contaminantes, porque a nosotros no nos inundaba nada de toxicidad. Inclusive en los malos momentos nos terminaba pudiendo nuestro cariño.

Después del mensaje que le mandé a ella, del que te pasé captura, sentí que le pude decir lo que le debí haber dicho, porque siento a esta persona como principal responsable, porque si se inició de alguna manera, fue desde esa persona. Es más, yo simplemente quería hacer más amigos en mi barrio, no sé que necesidad tenía ella de desestimar esa intención de mi parte. Pero, como no es novedad, volví a pecar por optimista.

Siento que te perdí de una manera tan imbécil, tan banal, tan vaga que me da impotencia. Porque yo no te engañe. Ni por un pelo.

Afortunadamente ayer me dijiste cosas que tenía que oír alguna vez de alguien para sacarlo de mi sótano y tratar de arreglarlo. En serio, gracias.

A partir de hoy empezó a construirse un ser humano diferente, es lo único 'positivo', intuyo, que saco de esto. Y doy por seguro no parar hasta que me sienta conforme, al menos, con quien soy. Porque todo lo demás vendrá después.

Acepto que me dejaste, acepto que pienses que soy una mierda, que tengas enojo por estos días por lo que pasó, pero yo necesito que esto lo sepas tarde o temprano: te ame de verdad, te amo de verdad. Me entregué tanto a vos que cuando me sacaste de adentro tuyo me vi y sentí que todo lo que tenía valía menos.

Te pido mi más sentido perdón si te fallé. Pero te quiero hacer saber por única vez, que voy a volver a buscarte cuando me sienta suficiente para vos, y cuando ese día te tenga cerca y quieras dar un paso hacia mí, te voy advertir que, si lo das, no voy a permitir que nos soltemos jamás. Porque eso, al fin y al cabo, es lo que seguimos queriendo, solo que ahora es muy pronto.

Y es, como siempre, un placer escribir sobre vos. No por nada sos mi trending topic en mi blog desde hace un año.

Esto fue escrito con mucho cariño. Hasta luego.