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domingo, 11 de enero de 2015

Una leyenda con forma de Pupi.

Antes de que empiecen a leer lo que continúa debajo, les dejo en claro que muy probablemente parezca un ridículo perdiendo el tiempo escribiendo “estas cosas”, cuando podría estar matando el tiempo con algo más productivo. Es que se me hace imposible resistirme, la emoción que tengo hace unos días sobrepasa mi límite de prudencia y autocensura emocional.

Hace ya unos cuántos años que intento acercarme a cualquier puesto de diarios antes de las 12:00hs del mediodía, siempre que vea algún acontecimiento deportivo que me llame la atención, y es gracias a eso que en la sección “Internacional” del diario Olé, siempre me doy el gusto de ver alguna que otra hazaña de jugadores como Messi, Ronaldo, Cavani, etcétera.

Después de varias ediciones leídas, cuando termino de leer la página que destaca lo más reciente de la Liga BBVA, llego a la parte que titula “Serie A”.

Allí veo una imagen enorme de un argentino lanzado al aire y festejando como si hubiera sido él quién haya marcado el único gol de un partido decisivo, o festejando un título obtenido gracias a su gran actuación. Segundos después de analizar la imagen, recuerdo que el día anterior un tal Javier Zanetti jugaba su último partido de local con el Inter de Milán.

En la misma página, se coloca un apartado con cada año y equipos donde jugó, títulos que ganó, partidos disputados y demás. Y mientras los repaso, no me recreo aquellas imágenes de él levantado el Scudetto, la Champions o el Mundial de Clubes del 2010, ni otros títulos anteriores. Lo único que recuerdo es su cara sudada, con la mirada fija en la pelota que mantenía Cazorla, quien le daría un pase a Pedro y termine en el gol del descuento de Llorente para el 3-1 momentáneo de Argentina a España en el Estadio Monumental.
Este tipo no sabe lo que es el negocio, no sabe lo que es la mafia, no sabe lo que es el fracaso, en su cabeza solo entran los términos de camiseta, gloria y garra.
Estamos a las 19:30hs de un 15 de Mayo del 2014, y a este fósil le queda un partido más por jugar en el Inter, con 40 años de edad. 
Muchos dirán que soy un exagerado, que son 40 años que pesan, que su rendimiento actual no se va a comparar nunca con el de años anteriores, que ya no sirve… A cualquiera de ellos, puedo decirles que su visión del fútbol es mediocre.
Zanetti tiene 40 años, es un veterano, no hay cancha que no haya pisado, no hay leyenda a la que no haya conocido, no hay jugador más querido moralmente por los argentinos, y por sobretodo no hay nadie como él.
En sus 1113 partidos (hasta ahora y desde mi perspectiva futbolística), le faltaron jugar los correspondientes a Alemania 2006, Sudáfrica 2010 y Brasil 2014, y ser así quién más Mundiales haya jugado en la historia, convertirse en fantasma, y ser temido.

Para mis adentros, me doy el gusto de pensar que no tengo nada más que ver en el fútbol, pero Zanetti es solo un capítulo, pero es el capítulo más largo de un libro cuya contratapa no cerré.

Y similar a como dijo Hernán Casciari:

En mis años de ocaso, asistiré a una reunión con aquellos quienes hayan presenciado a cualquier otro mito de jugador, y uno dirá: “Yo presencié los 36 títulos de Ryan Giggs”; otro se levanta y dice: “Yo estuve en la hinchada del Bayern Munich cuando Beckembauer”; el de al lado: “Ví a Di Stéfano jugar en el Real Madrid”; el que refuta: “Me dí el gusto de ver a Messi, Xavi, Iniesta, Puyol y Valdéz en el Camp Nou durante más de diez años”; y será cuando yo me incorpore y diga: “Muchachos... a ustedes les faltó disfrutar al 'Pupi' Zanetti”.


 Photo taken from: whoateallthepies.tv. Edited.

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